Somos Nora Avila & Amilde Zanassi, co-creadoras de la práctica de SOUND YOGA donde hemos enlazado el yoga clásico y las vibraciones de instrumentos sagrados para un encuentro profundo entre cuerpo y alma. ¿Pero cómo se enlazan cuerpo, mente, energía y emociones… eso sobre lo que tanto se lee en estos días?
Yoga, que del sanscrito proviene de la palabra YUJ, es unir. Unir en el sentido más amplio de la palabra. Poner conciencia y volver a tejer nuestras partes extraviadas. Unir y enlazar impulso, corazón y mente. Unir todos mis cuerpos visibles y no visibles, porque aunque no se nos haya enseñado en la educación formal occidental, existe una anatomía energética por donde discurre el prana (energía vital) en nuestro territorio; y conocer el funcionamiento de este sistema es el legado de los yoguis que, vieron y supieron describir los canales energéticos, los chakras y toda la fisiología sagrada o sutil. Este preciado legado también está contemplado en China y Japón como KI (o Chi) y retomado a través de las nuevas corrientes de Psicología humanista, por ejemplo, Lowen lo denomina *bioenergía* y Reich lo denomina *orgon*, elaborando su correspondiente relación con la estructura corporal y de carácter.
Coexistimos en esta inmensa trama de energía universal que sustenta todo lo manifestado, somos energía, somos sonido, somos vibración.
A través de las asanas (posturas) podemos emprender un camino de autoconocimiento, donde al recorrer las figuras arquetípicas que ellas representan, identificamos en nosotros miedos, aptitudes, dificultades, potenciales, corazas musculares, bloqueos emocionales etc. La práctica del yoga permite descubrir un mundo sutil donde, desde la escucha real de nosotros mismos y de los acontecimientos internos, aprendemos a ser alquimistas de nuestras emociones. Es ahí, donde comprendemos que en nuestro cuerpo físico está la llave para acceder a los cuerpos más sutiles, y que transitando diversas posturas podemos canalizar la energía vital hacia los centros energéticos (chakras: donde se almacena el prana) que en cierto momento necesiten un reajuste. Y nos referimos a reajuste, porque es real, que nuestros chakras no siempre funcionan en su frecuencia óptima, y si conocemos el lenguaje de la energía podremos detectar qué chakra está actuando desde su sombra y no desde el entero potencial que ese centro de conciencia representa. Podemos sentir, por ejemplo, que nuestra creatividad está estancada y no somos capaces de crear, de manifestar y parir nuestros sueños. Tenemos ideas pero no somos capaces de bajarlas a la tierra. Este es un claro ejemplo de nuestro chakra swadhistana (segundo chakra) funcionando por debajo de su frecuencia.
La información y experiencias emocionales (conscientes e inconscientes) de nuestra vida diaria que almacenan estos centros energéticos (chakras, lotos de conciencia o anillos musculares), hacen que vibren a menor o mayor frecuencia. Nuestro cometido es que con Sound Yoga y una práctica comprometida, puedas darle espacio al sentir tus sensaciones y emociones, descubrir patrones que te autolimitan y que te impulsan a vivir desde el automatismo.
Cuerpo, conciencia, energía y emociones danzando al unísono a través de los sonidos sagrados.
*Artículo extraído de AARTI La guía sana de Ibiza