Llevamos ya más de un mes viviendo una nueva experiencia. Enfrentados a grandes retos individuales y sociales. Experimentando incertidumbre en muchos aspectos de nuestras vidas: económicos, familiares, educativos, de salud, etc. Como no tenemos referencia de lo que estamos viviendo, nos invade una sensación de inseguridad profunda que nos lleva a una incómoda vulnerabilidad.
Esta montaña rusa de emociones, nos acarrea malestar físico, mental y emocional. Por ejemplo, estar más cansados, desmotivados, tristes, con alteraciones en el sueño como acordarnos de los sueños o tener pesadillas. Todos, en mayor o menor proporción, más o menos conscientes, estamos en este proceso.
La práctica de Yoga te puede acompañar en este momento. No a evadir esa sensación de vulnerabilidad, sino a respirar y sentir el presente tal cual lo estamos viviendo. Si nos adentramos en nuestra vulnerabilidad y nuestras sensaciones más profundas, nos estaría- mos acercando a lo más parecido a nuestra esencia.
El YOGA es uno de esos caminos para descubrir nuestra esencia, no pretender cambiar nada. Solo habitar lo que hay, por molesto que resulte. Yoga es presencia. Tu aquí y ahora.
Y la forma es a través de la práctica, que te va a conectar con tu cuerpo, con tu respiración y tu sentir, como un acto de autocuidado.
Mi propuesta es sencilla:
Para activar
Practica a diario SURYA NAMAS- KAR (SALUDO AL SOL), prefe- rentemente por la mañana o a me- dia tarde, te va a aportar muchos bene cios: mejora la circulación sanguínea, linfática y energética, exibiliza articulaciones y múscu- los, elimina tensiones, mantiene el cerebro activo, aumenta la vita- lidad, mejora la capacidad pulmo- nar y oxigena la sangre entre otras cosas. Practica 6, 12, 24 o 48 ciclos para mantener la energía en movi- miento.
Practicar en función de lo que real- mente necesites cada día. Cuidando tu cuerpo, sin exigencias ni juicio, sin- tiendo las emociones que emergen en ti. Que tú práctica sea con el cuerpo y el corazón, en escucha interna.
Para relajar
A partir de la tarde-noche, para indu- cir al descanso general puedes practicar VIPARITA KARANI, las piernas en alto con soporte. Acerca todo lo que puedas la cadera a la pared.
Esta postura mejora la circulación y el descanso del corazón. Relaja la espalda alta y aporta estiramiento en la zona lumbar, descansa el sistema nervioso y ayuda a la respiración abdominal.
Con 15 minutos al día es suficiente.
Para meditar
Si quieres meditar, pero aún no te has in- troducido a la práctica habitual, te propon- go una rutina muy sencilla. Puedes estar en POSTURA DE LOTO, si es difícil para ti, puedes estar tumbado. Dedica los prime- ros 5 minutos a prestar atención al aire que entra y sale por la nariz, sintiendo como se in a y se desin a el bajo vientre. Posterior- mente puedes contar las respiraciones, por ejemplo: la primera semana puedes contar 6 respiraciones y empezar otro ciclo todas las veces que quieras. Unas semanas después aumenta hasta 8 y luego 10. Si en algún mo- mento pierdes la cuenta, no te preocupes, es parte de la práctica. Vuelve a empezar has- ta que sea algo uido y cómodo. Habrá días donde no lo sea, es normal, solo obsérvate.
Ya estamos bajo mucha presión, es mo- mento de cuidarnos, haz una práctica sen- cilla y amorosa contigo.
A vuestra disposición, Namasté.